Una semana decisiva para un país más cerca del avismo, sin la ayuda del Banco Central Europeo y la inyección de capital del grupo que expira mañana Grecia está a un paso de la quiebra y con ello de la salida del Eurogrupo.
Cinco meses de duras negociaciones entre los representantes del BCE y el gobierno griego encabezado por su presidente Alexis Tsipras han podido solucionar la situación financiera del país al que mañana se le termina el plazo para pagar 1600. millones de euros al FMI y que además debe más de 257 mil millones de euros a sus socios europeos.
Varios pensionistas esperan para entrar al Banco pero nadie sabe si podrá cobrar, las oficinas permanecen cerradas y los cajeros han tardo en empezar a funcionar hasta casi el medio día.
Paneus Kamen, jubilado de 66 años lleva varias horas en la cola, espera llegar al cajero y obtener dinero para hacer la compra. El ambiente raya en la desesperación, la gente se increpa unos a otros por respetar la cola y alcanzar el cajero.
Una vez ahí Paneus solo puede sacar 60€, cumpliendose así la ley que solo permite a cada griego sacar máximo de 60€ al día, medida que se ha tomado para evitar la fuga de capitales. Nos confiesa que ante la inestabilidad de la semana pasada ya procedió a retirar parte de sus ahorros que le servirán para alimentarse él y su familia, pero tiene esperanza que el miércoles se levante el corralito.
Llegamos al mercado que está lleno, casi no podemos pasar, los griegos hacen acopio de productos por miedo a quedarse sin alimentos.
Consesiones pocas, las que ha dado el gobierno para aliviar la situación se permite a los griegos subir al bus o al metro sin pagar.
Nos vamos hacia la bolsa griega, luces apagadas en sus oficinas, permanecerá cerrada al menos toda la semana en espera de los resultados del referendum convocado por su gobierno para este fin de semana en donde los griegos decidirán si permanecen junto a Europa y se someten a los cambios exigidos o le dan la espalda hacia un futuro incierto.